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¿QUÉ TAN CONVENIENTE ES GUARDAR REPOSO?

Tengas la edad que tengas y hagas el ejercicio que hagas, es importante tomar en cuenta ciertos aspectos del reposo versus la actividad física dosificada. Supongamos que te gusta correr y un día, de la nada, la rodilla comenzó a dolerte. Como el ejercicio es parte de tu vida decides no hacerle caso, pero el dolor continúa, leíste por ahí o alguien te aconsejó que guardaras reposo unos días, lo haces y regresas a correr y… el dolor se presenta nuevamente; entonces ¿guardas reposo o no?


La respuesta no es tan fácil, pero en términos generales, el reposo no funciona, sobre todo si consideramos que sentir dolor no es sinónimo de lesión sino de que el cuerpo nos está pidiendo poner atención en un sitio determinado del cuerpo. En realidad, el cuerpo humano no está hecho para guardar reposo sino para moverse; siempre y cuando ese movimiento sea controlado a través de la actividad física dosificada.


El reposo prolongado y la disminución de la actividad física representan un factor predisponente al desarrollo o agravamiento de ciertas condiciones patológicas relacionadas con los sistemas cardiovascular, respiratorio y musculoesquelético, promoviendo un deterioro funcional en al menos una de las actividades de la vida diaria.


Durante muchos años fue aceptado el reposo prolongado en cama pues se trataba de evitar los efectos adversos asociados a la atención en salud; sin embargo, la evidencia científica logró demostrar lo contrario. No existe evidencia científica que indique que el reposo en cama garantice algo positivo, siendo esto en algunas circunstancias algo contraproducente y perjudicial.


El reposo puede tener efectos adversos que contribuyen al desarrollo de neumonías, trombosis venosa profunda, lesiones cutáneas por decúbito y disminución tanto de la masa ósea como de la fuerza muscular.


Por el contrario, la práctica de la actividad física regular es una de las prioridades en salud pública para incrementar el bienestar y la calidad de vida.


La actividad física se refiere a todo movimiento corporal que implique un gasto energético y que se encuentra en su mayor parte bajo control voluntario. El ejercicio físico es un componente de la actividad física ya que son los movimientos corporales planificados, estructurados y repetitivos que se realizan con o sin fines de acondicionamiento físico. Este tipo de movimiento corporal es útil para mantener el estado normal de los músculos y articulaciones; prevenir la pérdida de calcio en los huesos (osteoporosis) aumentar la capacidad de los sistemas respiratorio y cardiovascular; evitar el daño de las arterias y mejorar la coagulación sanguínea. Además, es muy importante para lograr una actitud emocional positiva de confianza en sí mismo.


Asimismo, se ha comprobado que la actividad física previene la aparición de enfermedades crónico-degenerativas, incrementa la resistencia a la fatiga, disminuye la ansiedad o depresión, favorece la conciliación del sueño, mejora las relaciones con amigos y familia, ofrece mayor energía para las actividades diarias, facilita el movimiento de las articulaciones y contribuye a la pérdida de peso cuando éste es necesario.


Todo esto se logra a través del Incremento de la fuerza, la flexibilidad, el equilibrio, el mantenimiento y mejora de la función musculoesquelética, osteo-articular, cardiocirculatoria, respiratoria, endocrino-metabólica, inmunológica y psico-neurológica.


De manera indirecta, la práctica de ejercicio físico tiene efectos beneficiosos en todas las funciones orgánicas contribuyendo a mejorar la funcionalidad, lo cual es sinónimo de mejor salud y respuesta adaptativa.


Por supuesto que existen ciertas condiciones de salud en las que el reposo es necesario, ya que, de lo contrario, se presentarían complicaciones no deseadas; por lo tanto, la evaluación de un profesional de la salud es necesaria para indicar tanto el reposo como la actividad.


Por lo tanto, es nuestro deber como fisioterapeutas educar a los pacientes a tenerle más miedo al reposo que a la actividad física, puesto que los beneficios superan por mucho los efectos negativos del reposo.


En Corporel Santé realizamos una evaluación exhaustiva de tu condición médica para que logres los mejores resultados. Así que si tienes alguna duda sobre la prescripción y dosificación del ejercicio terapéutico o de nuestros programas de fisioterapia preventiva ¡no dudes en contactarnos!


AUTOR: Lic. T.F. Patricia Velázquez Tudón M. en C.

REFERENCIAS

Aparicio V, Carbonell A, Delgado M (2010) Beneficios de la actividad física en personas mayores, Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y del Deporte Vol. 10 No. 40, diciembre pp. 556-576

Ibarra J, Fernández M, Aguas E, Pozo A, Antillanca B, Galvarino D (2017) Efectos del reposo prolongado en adultos mayores hospitalizados, An. Fac. med. Vol. 78 No. 4 Lima oct/dic

Medina M, López M, Zúñiga M, Ibarra L (2009) Pros y contras percibidos de la actividad física realizada por adultos mayores, Revista Enfermería Universitaria ENEO-UNAM Vol. 6 Año 6 No. 3 Julio-Sep 8-13

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